Primero no tenía un método claro ni un maestro. Este
manual no intenta ser el único camino sino un lazo que nos una al mundo de la
música profesional; y no entendemos por profesional solo la que produce dinero
sino la que, como me decía mi maestro de armonía Esteban Klisich “se profesa”.
Segundo, pensaba que no tenía ningún talento. Con los
años aprendí que el principal caudal que uno puede tener son las ganas y la
perseverancia. También es común pensar que no tenemos oído; y lo que sucede es
que no lo tenemos desarrollado. Un oído trabajado es aquel que está asociado al
lenguaje musical; y gráficamente referido a la ubicación de las notas en
nuestro instrumento. Escuchar música es importantísimo, es como cargar nuestra
base de datos auditiva.
Por último, carecía de información sobre los movimientos
culturales más recientes como son el blues, el jazz, y el rock. Hoy tenemos
internet para solucionar esta carencia, pero por otro lado el tener que moverse
físicamente para conseguir información nos hacía buscadores más certeros. A
veces el exceso de esta juega en nuestra contra. Hay que poder discernir que
conviene, y que no.
Así que manos a la obra. El siguiente paso sería leer la
estrategia de este libro.
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